La realidad constatada, de la q uetodos somos partícipes, es que no contamos con una adecuada calidad de las instituciones públicas, considerando una definición amplia de las mismas; es decir, las instituciones públicas como el conjunto de reglas y entidades que permiten el desenvolvimiento de la sociedad y la economía en un régimen democrático. Al contrario, tenemos hoy en Andalucía y en España instituciones públicas disfuncionales, porque retardan, entorpecen y desincentivan lainiciativa privada.
El modelo político actual,demasiado sesgado hacia la partidocracia, tampoco contribuye a la necesaria calidad institucional, ejerce una función perversa en el sistema pues impide una adecuada y oportuna toma de decisiones trascendentales en tiempo y forma.