"El gravísimo problema que estamos viviendo con el brote de listeriosis es, en nuestra opinión, una de las consecuencias de una dinámica de producción industrial de carne y consumo que está llevando al límite muchos equilibrios. Estamos comiendo demasiada carne, para abaratar precios estamos abusando de los sistemas intensivos. Todo eso está llevando a mayores y serios riesgos para nuestra salud, a la vez que se está incurriendo en irregularidades medioambientales, sanitarias y comerciales", lamenta por su parte Francisco Casero,presidente de la Fundación Savia y referente en defensa de la producción ecológica.
Por ello, abunda: "En el caso de la carne, es necesario que consumamos la procedente de ganadería extensiva y ecológica. Porque es el modelo de producción que nos ofrece calidad con criterios de respeto al territorio.Tenemos que consumir productos de cercanía y de temporada. Con ello estaremos fomentando de forma activa modelos de producción, transformación y comercialización responsables, que ejercen un efecto positivo con el medio rural y natural, es decir, además de comer sano, estaremos ejerciendo nuestra responsabilidad con las generaciones futuras pues estamos evitando el destrozo colectivo que es en la práctica la ganadería industrial".